Este año se han cumplido 80 años del inicio de la Guerra Civil Española (1936-1939), un conflicto bélico que aun hoy continúa dando coletazos a un país que sigue dividido entre “las dos Españas”.
No sé si con motivo de este crudo aniversario, o porque al fin aparecen jueces con sentido de la justicia, pero es la primera vez que se va a realizar una exhumación judicial en la impotente obra del Valle de los Caídos.
Es increíble que a estas alturas de la historia, en el 2016, aun no tengamos una ley de memoria histórica digna, y sé que me repito en el tema, sí, pero es que creo que es un tema de suma importancia. Aprobada en 2007, la Ley de Memoria Histórica reconoce a todas las víctimas del conflicto armado, y la posterior dictadura de Francisco Franco, pero sin embargo no incluye la apertura de las fosas comunes, algo incoherente, ¿no?. De esto último se tienen que encargar entidades privadas, como la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica o el Foro de la Memoria, asociaciones que reciben pocas subvenciones, de hecho cuentan con pocos apoyos de todos los gobiernos que han pasado desde que este país vive en democracia. La falsa Transición trajo consigo un supuesto progreso que rechazaba todo lo vivido durante cuarenta años atrás, hechos que cuestan de borrar de la memoria colectiva, sobre todo cuando la mitad de la población vivió aquella guerra. No se pidió un borrado histórico, sino una transformación; un cambio que en realidad quedó escondido tras los tintes de una leve prosperidad que incluso sustentaba, y sustenta, la Fundación Nacional Francisco Franco (fundada en 1976, un año después de la muerte del dictador).
“Que no te roben la historia, ayúdanos a defenderla. Únete a la FNFF”
Realmente este lema que utiliza la Fundación Francisco Franco es idóneo para la causa que comparto. La historia no se puede falsear, es la que es, como ya comenté en el artículo anterior, se puede desvirtuar e intentar olvidar, pero quedan testimonios (humanos, materiales e inmateriales) que certifican lo que ocurrió, ya sea de un bando o del otro. Pero si lo que pretendemos es ser un país libre, progresista, y demócrata, este no es el camino escogido. El fantasma de Franco, y toda su cuadrilla, sigue acampando a sus anchas bajo gobiernos que no hacen más que callar por miedo a represalias de todo el entorno franquista, supongo que además cuentan con beneficios si lo defienden, porque sino no entiendo el porqué de tanta protección.
Seguir defendiendo solo una posición, escondiendo asuntos oscuros que aun beben de los años más negros de la dictadura, pero sobre todo, no devolviendo a todos los ciudadanos su derecho a saber de sus fallecidos y darles una sepultura digna, eso no es una democracia, al menos no es así como yo lo tengo entendido. Todos somos ciudadanos, deberíamos tener los mismos deberes y derechos, y se supone que hemos evolucionado para mejorar en todos los aspectos, pero si en 2016 se siguen celebrando homenajes a un dictador significa que en España, hemos evolucionado poco. Si es que ya se sabe, la historia siempre la escriben los vencedores.
Comentarios
Publicar un comentario