Se acerca el Día Internacional de los Museos, y con él también la Noche de los Museos.
El 18 de mayo se celebra este día en el que se intenta sensibilizar al público de que los museos son más que “ese edificio en el que hay cosas antiguas y en el que no se pueden hacer fotos con flash”. A partir de esta iniciativa, concebida a finales de los años 70 por el ICOM (International Council of Museums), surgió la idea de crear esa Noche de los Museos, celebrada el sábado anterior o bien el posterior al 18 de mayo.
Este evento anual acoge a ese visitante que espera varias horas de cola para poder visitar esa pinacoteca en la que siempre ha querido entrar pero nunca ha podido porque es demasiado cara; al turista que simplemente pasaba por allí, ha visto alboroto y ha entado a curiosear; o a aquel público que sólo se acerca a un museo cuando es gratis, por aquello del “hacer algo diferente este fin de semana”, y luego si te he visto (en todo el año) no me acuerdo.
¿Es esto lógico? Es decir, el mundo de la cultura lucha para procurar su merecido espacio en el tiempo libre del ciudadano de a pie, pero ¿es suficiente con la creación de un día gratis al año? No. Lo que es necesario es fomentar el interés a través de otros factores: actividades culturales (tanto para público infantil como para público adulto), conciertos, aplicaciones en formato de videojuego para que se interesen por una pieza y quieran visitarla in situ, exposiciones con gancho que atraigan la curiosidad del público… Hay miles de formas para atraer asistentes a un lugar cultural, pero a asistentes interesados de verdad, no gente que de repente es una entendida y va un museo para hacerse el listo (que últimamente, y desgraciadamente, la gran mayoría del público es así), sino a gente que de verdad se interesa por la muestra y quiere saciar su curiosidad.
El Día/Noche de los Museos es una buena iniciativa para acercar al gran público, y año tras año es un acontecimiento que está teniendo más éxito y en el que cada vez están participando más países y más museos. Sin embargo, creo que es una iniciativa que se queda corta para ser anual, un evento así sería bueno que se realizara al menos tres veces al año. Sí, entiendo las pérdidas económicas que esto podría conllevar, pero sería una buena manera de atraer a ese público que sólo se mueve por la palabra “gratis” (conozco gente que sólo se acerca a un museo este día, y se marca un recorrido por las diferentes colecciones que le interesan, pero el resto del año no vuelve a pisar ninguna).
Creo que la gente tiene el museo idealizado como un santuario repleto de obras de arte, pero un museo es un lugar en el que se concentran miles de maneras de pensar, de interpretar el mundo, de objetos que muestran nuestra identidad como ser humano y que puede proporcionarnos más información de la que pensamos sobre nosotros mismos. Un museo es para observar, para descubrir, para aprender, para disfrutar (también hablar, que no chillar, pero matemos el tabú del silencio sepulcral en los museos, por favor), para sentir la esencia de la obra, para interpretar, para sentir lo que el artista o nuestro antepasado sentía con aquello que se expone. Por eso es indispensable que la divulgación de estos “santuarios” sea la base en la educación de una persona desde bien pequeña, porque si no se estimula el interés por estos lugares, difícilmente se podrá conseguir que esa persona vaya por su propia disposición. Así que aboguemos por la celebración del Día Internacional de los Museos, pero también para que más proyectos de difusión existan durante todo el año.
Comentarios
Publicar un comentario