Hace tiempo que la música clásica o instrumental no existe para la sociedad actual, la cual prefiere optar más por la música pop, rock o ese sucedáneo de música llamado reggaeton. Los tiempos cambian, y los gustos musicales también. La música disco se puede enmarcar en los años 70, la música de los 80 es claramente reconocible por sus sonidos electrónicos, y aunque siempre ha habido gran variedad en géneros musicales, es claro que, a nivel social, triunfan más unos que otros, sobre todo los que suelen escucharse por la radio, pero no entraré en polémica.
Sin embargo, cuando vemos una película, un documental, o jugamos a algún videojuego, todos esos proyectos audiovisuales tienen una música de fondo a la que de normal no solemos prestarle demasiada atención, pero que si no fuera por ella no nos meteríamos tanto en la historia que se nos está contando visualmente. ¿Quién no ha buscado la banda sonora de aquella película que le gustó tanto y luego se la puso en el mp3 para escucharla mientras recuerda las mejores escenas del film?
Estamos acostumbrados a asistir a un concierto de orquesta sin más en el que participa toda la orquesta, con su respectivo director, e interpretan una serie de melodías (con todo el respeto, porque asistir a un concierto de éstos es salir con los pelos de punta). No obstante, y como ya he comentado, aunque estas audiciones son increíbles para los cinco sentidos, son las que van acompañadas de la proyección fílmica las que más éxito están teniendo. Si ya de por sí nos emocionamos cuando vamos al cine y vemos al protagonista salvar su vida cuando está al borde de la muerte, imaginaos cómo es verlo, escucharlo y sentirlo con la música en directo.
No soy una persona muy entendida en música, pero sé lo que se siente cuando asistes a un concierto de música en directo, pero de orquesta de verdad, nada de playback ni de conciertos standard de rock ni cosas así (que también son increíbles, pero en otros aspectos), y creo que es una de las experiencias más increíbles y de total recomendación para todo el mundo.
Pese a que con tanta tecnología el espectador puede sentir que forma parte de la historia, como ya sucede con los simuladores de juegos, el 3D o la famosa realidad virtual, en el caso de este tipo de “audiciones visuales”, volvemos a los inicios del cine. Como ya es sabido, el séptimo arte empezó siendo mudo: se proyectaban las imágenes en movimiento y una serie de músicos hacían los sonidos en directo detrás de unos paneles, para que los espectadores no “obviaran” demasiado los “efectos especiales”. Por eso me parece curioso, y una idea muy acertada, el proyectar las imágenes con un sonido en directo, volviendo al cine de antaño en cuanto a la idea, pero con la evolución instrumental para la ejecución y la práctica.
Me alegro que esta iniciativa se esté poniendo de moda, porque se vuelve a poner en valor la música instrumental, aunque sea como banda sonora, porque con el tiempo lo que estamos haciendo (aparte de que la asignatura de “música” en la educación desgraciadamente cada vez tiene menos peso en el curriculum escolar) es abandonar estos ritmos sin saber que forman parte de nuestra vida, y por supuesto de la historia de la música en sí. Y si una de las maneras para que la gente joven aprecie la música sinfónica es juntarla con películas de gran éxito en taquilla (ya se ha hecho con cintas como Piratas del Caribe, Star Wars, El Padrino, Psicosis o Regreso al futuro entre otras), adelante, porque este tipo de iniciativas hacen que sepamos crecer culturalmente; y es que la música es una de las grandes disciplinas del arte, y como todo arte es indispensable para el ser humano. Además, cada persona tiene su propia banda sonora, ya sea clásica, rockera, punk o flamenca, pero nunca está de más probar géneros nuevos juntando disciplinas que intrínsecamente no pueden vivir si les falta música.
Comentarios
Publicar un comentario