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100 años de antiarte. 100 años de Dadá

Dada ne signifie rien

Estamos en 2016, un año lleno de acontecimientos importantes: los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, unos controvertidos premios Oscar, se planea lanzar una articulación nueva en una misión a Marte…; pero en el ámbito artístico, todos tienen los ojos puestos en el V centenario de la muerte de El Bosco, pintor (al que adoro) que nos ha dejado una obra increíble en todos sus sentidos. Sin embargo, pocos medios se hacen eco de que hoy, 5 de febrero de 2016, también se conmemora el primer centenario del Dadaísmo, movimiento cultural que marcó un antes y un después, y que influyó a muchas de las corrientes artísticas y culturales posteriores.

Bajo el contexto de la I Guerra Mundial, el Dadá fue fundado en Zúrich por un grupo de anarquistas intelectuales exiliados cansados del poder que tenía la razón, las normas, las leyes y la lógica, y cuya pretensión no era poner patas arriba el mundo del arte, sino destruirlo. Ofrecían una alternativa irracional y al margen de la ley, donde el azar, la sinrazón, el infantilismo y la provocación tenían los papeles principales. Tal y como bien describe Calvo Serraller, “se revelaba más que como un simple movimiento artístico, como un estado de espíritu, un método de negación, una actitud violenta y desencantada”. Era más bien una manera de entender la vida y todo lo que ella conlleva.

“Aquello que por lo general llamamos realidad es, por hablar con exactitud, la nada exagerada”.
Hugo Ball.
I Feria Internacional Dadá. 5 de julio de 1920.
Reunión dadaísta. 11 de enero de 1921.

Hugo Ball, el principal artífice del movimiento, alquiló un almacén para organizar un encuentro entre un grupo de jóvenes artistas y escritores y crear así un centro de entretenimiento artístico. La idea estaba abierta a todo tipo de manifestaciones artísticas: pintura, escultura, actuaciones musicales, provocaciones literarias, lo que hoy llamamos performances…, contribuciones de todo tipo eran bien recibidas. Se bautizó así el Dadaísmo el 5 de febrero de 1916, en el Cabaret Voltaire, situado en el número 1 de la Spiegelgasse de Zúrich. Esa noche fue todo un éxito, pero el movimiento dadaísta no fue presentado ante el mundo hasta el 14 de julio, con la lectura del manifiesto en la casa gremial Zur Waag, por parte de Hugo Ball (para éste era ya una renuncia y una despedida, aunque colaborara en la fundación de la Galería Dadá en 1917). Además de Ball y Tristan Tzara, multitud de nombres importantes de la vanguardia comulgaron estuvieron en sus filas: Hans Arp, Richard Huelsenbeck, Raoul Hausmann, George Grosz, Kurt Schwitters, Max Ernst, Marcel Duchamp, Man Ray o Francis Picabia entre otros, incluso el Pape du Surréalisme, André Breton, comulgaron con el pensamiento dadaísta.

“La gacela tiembla porque el león ruge. Husmea la hiena pero el arte llena”.
Kurt Schwitters.

Con motivo del centenario, Zúrich va a llevar a cabo una celebración por todo lo alto durante 165 días “para el reestreno de una leyenda y para revivir las obsesiones del Dadaísmo”, según afirman los organizadores de la asociación dada100Zurich2016. Los 165 días se debe a la elección de 165 artistas del movimiento en los que cada uno tendrá su día de celebración dadaísta, y en los que el Cabaret Voltaire volverá a revivir sus días de locura artística e irracional. Se llevarán a cabo diferentes actos entre exposiciones, fiestas, manifestaciones musicales…, tanto en el cabaret como en diferentes lugares de la ciudad helvética. Sin ir más lejos, con motivo del centenario, el Kunst Haüs (el Museo de Arte Moderno) ha llevado a cabo la restauración y digitalización de las obras dadaístas de su colección, acercándolas a todo el público a partir de un microsite creado adrede para esto, y que aparece justo hoy 5 de febrero. También del 5 de febrero al 1 de mayo, el mismo museo ha organizado la exposición Dadaglobe Reconstructed, la cual reúne más de 200 objetos, entre obras de arte y textos, enviados a Tristan Tzara en 1921 por parte de artistas de toda Europa. Si no podéis visitar Zúrich y os viene mejor Nueva York, la muestra se presentará en el MoMA a partir del mes de junio.

Por lo que respecta al resto de países, creo que serán pocos los que celebren de este centenario (igual me equivoco y nos sorprende un revuelo mediático). En España, a nivel de grandes centros culturales, el IVAM dedica un espacio al Dadaísmo en la exposición Construyendo Nuevos Mundos (de la que hice una reseña hace unos meses). En Estrasburgo, hasta el 17 de enero, la muestra Tristan Tzara, l’Homme aproximatif, ocupa el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo, con la que es considerada como la primera gran exposición consagrada al poeta y ensayista rumano.

"Dadá habla contigo, es todo, todo lo abarca, pertenece a todas las religiones, no puede ser victoria ni derrota, es de naturaleza espacial y no temporal".
Francis Picabia.

Pese a su corta vida (1916-1924), y a su expansión en diferentes focos geográficos (Zúrich, Berlín, Hannover, Colonia, Nueva York) el movimiento Dadá sigue siendo una de las corrientes que más dividieron el arte y la sociedad entre defensores y detractores. Cuestionó las leyes del arte intentando destruirlo. Destruyó el engaño de la razón para descubrirnos un orden irracional. Dejó huella tanto en su época como en la Historia del Arte, y bien merece su papel preponderante en ella, así como su merecida conmemoración centenaria. Integró y dio luz verde a numerosos artistas que después confluyeron en otros movimientos posteriores. De nuevo apelo a Calvo Serraller:

“Dadaísmo. Un movimiento cuya principal pretensión consistía en hacer irrisorio cualquier objeto, acción o comportamiento artístico; un movimiento cuyo fin principal era destruir el arte; en una palabra: un antiarte”.

Os dejo con las instrucciones de Tristan Tzara para hacer un poema dadaísta, por si os animáis a hacer uno:

Prenez un journal.
Coja un periódico.

Prenez des ciseaux.
Coja unas tijeras.

Choisissez dans ce journal un article ayant la longueur que vous comptez donner à votre poème. 
Escoja de ese periódico un artículo de la longitud que usted quiera darle a su poema.

Découpez l’article. 
Recorte el artículo.

Découpez ensuite avec soin chacun des mots qui forment cet article et mettez-les dans un sac.
Recorte en seguida con cuidado cada una de las palabras que forman el artículo y métalas en un saco.

Agitez doucement.
Agítelo suavemente.

Sortez ensuite chaque coupure l’une après l’autre.
Saque después cada corte uno tras otro en el orden en que han salido del saco.

Copiez consciencieusement dans l’ordre où elles ont quitté le sac.
Copie concienzudamente en el orden que salen del saco.

Le poème vous ressemblera.
El poema se parecerá a usted.

Et vous voilà un écrivain infiniment original et d’une sensibilité charmante, encoré qu’incomprise du vulgaire.
Y he aquí un escritor infinitamente original y de una sensibilidad encantadora, incluso incomprensiblemente vulgar.

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