Nos encontramos en las fechas más hipócritas de todo el año: Navidad . Unas fechas en las que nos juntamos con nuestros familiares y amigos, y que no perdemos ocasión para demostrar lo unidos que estamos, y lo mucho que comemos. Y digo hipócrita porque es algo que deberíamos hacer todo el año, pero que sólo lo acumulamos en estos días, y el resto del tiempo nos importa bien poco la solidaridad. Meto en el saco a la gran mayoría de la gente, aunque hay excepciones, como en todo, pero en mi humilde opinión es lo que llevo viendo toda la vida en estas fechas. Así, a colación de estos momentos que vivimos, reivindico el visionado de una de las grandes obras del maestro Luís García Berlanga: Plácido (1961). Gran merecedora de ser nominada al Oscar como mejor película de habla no inglesa ese mismo año, Plácido cuenta la historia del protagonista, del mismo nombre que el título, quien es contratado para participar con su carromato en una cabalgata que se celebra con motivo ...