Robert Zemeckis ideó en 1989 (aunque la película transcurra en 1985) un futuro tecnológico para su 2015 en su segunda parte de Regreso al futuro. Bien, estamos en 2015, y precisamente hoy es 21 de octubre, la fecha exacta en la que Marty McFly viaja al futuro para solucionar un posible problema con su destino (evito spoilers por si aun hay alguien que no ha visto la película, que por otro lado es totalmente recomendable para ver cómo imaginaban nuestra actualidad en los 80).
Al ser humano le encanta la imaginación, y nuestros antepasados siempre han fantaseado con el cómo sería la vida en el año 2000, y el cine ha sido una de las ramas que más lo ha hecho, junto con la literatura, claro. La ciencia ficción en el séptimo arte es uno de los géneros con más público; soñar una de las cosas que más nos gusta hacer, y el cine es una de las técnicas que más nos facilita proyectar nuestras fantasías. En esta película se muestran diferentes inventos que anticipaban nuestra tecnología actual, en algunas escenas con cierto toque humorístico, pero en otras con un acierto que hoy no le damos importancia porque tenemos muy interiorizada la tecnología y ya no podemos vivir sin ella.
Cuando McFly llega al futuro llueve, pero Doc le advierte que en cinco segundos dejará de hacerlo. Esto es posible gracias a una especie de reloj de pulsera que lleva incorporado el servicio meteorológico que le indica el tiempo en tiempo real (valga la redundancia). Hoy en día existen muchas aplicaciones para el móvil que nos indican las predicciones del tiempo, unas veces aciertan y otras no, a diferencia de la que tiene Doc. Esta especie de reloj también existe hoy, de la mano de Apple, con el famoso Apple Watch, que indica un sinfín de cosas, además del tiempo.
En esa primera vista de Hill Valley aparece con mucho disimulo un conjunto de cabinas telefónicas, y muy cerca un buzón de la compañía (inventada) Fic Fax con una pantalla incorporada, pareciendo un intento de lo que hoy llamamos correo electrónico y que por entonces era algo inexistente.
La videollamada a través de una gran pantalla que aparece en la cinta, era impensable hasta hace dos o tres años, con el boom de los televisores SmartTV, en los que además de ver nuestra programación favorita, podemos realizar una llamada con video desde nuestro sofá (teniendo ya interiorizada la facilidad que nos trajo Skype desde nuestro ordenador, o nuestro teléfono móvil). Internet nos ha brindado posibilidades que desconocíamos, Antonio Meucci (que no Graham Bell) fliparía si viera que con su invención del teléfono también pudiera ver a su interlocutor en tiempo real.
Con la fiebre de los monopatines, que vuelven a estar de moda como si hubiéramos vuelto a los años 90, reaparece el invento por excelencia de la película: el monopatín volador. Pese a que existen diferentes artilugios que nos permiten desplazarnos montados en bichos tecnológicos, como los famosos Segway que están invadiendo nuestras ciudades, lo que realmente nos gustaría es tener uno de esos monopatines voladores para poder alardear frente a los amigos y decir que tenemos el mismo artefacto que utilizaba McFly, pero que en realidad ni pensamos en usarlo porque es un pateo. Sí, ya es posible poder tener una de esas máquinas gracias a Lexus Hoverboard, un aerodeslizador con levitación magnética para crear un efecto de vuelo y poder triunfar con nuestros compañeros. Como también son casi posibles las zapatillas que se ajustan solas (y digo casi porque en realidad sólo tienen luces, no se atan solas), aunque en una edición limitada, de la mano de Nike, las Nike Air MAG. La chaqueta que Doc da a McFly para "transformarse" en su hijo, también se auto-ajusta, lo cual no es "estético" pero sí algo útil, ya que nos ahorraríamos eso de ir probándonos ropa cuando vamos de compras. Además incorpora un secador, y a todos nos gusta ir secos cuando nos pilla la lluvia y no llevamos paraguas.
Siguiendo la estela de la ropa o accesorios de vestuario, me parece curioso citar los paneles led incorporados a las gorras que llevan las agentes de policía. Ya sabemos cómo es la moda hoy en día, hay diseñadores que han planteado locuras para nuestra vestimenta, pero nada como eso. Sin embargo, cabe señalar que sí se han inventado las camisetas con leds, muchas de ellas cambian de color con nuestra propia voz, algo que Zemeckis ya anticipó en su obra y que ahora todavía incluso parecen de modernos, puesto que no es costumbre encontrarte a alguien vestido con una de ellas por la calle.
Sin embargo, lo que llama la atención de esta película es que, pese a que el futuro que se imagina es totalmente tecnológico, siguen mostrando los periódicos en papel, y no en pantallas a través de ordenadores o teléfonos móviles, dispositivos con los que hoy nos informamos de una manera más cómoda. En este caso, y tal y como sigue ocurriendo, pese a que cada vez recibimos más información por parte de la televisión, periódicos digitales, redes sociales..., los diarios en soporte papel siguen vigentes, y es algo que quizá no queramos "futurizar". Es decir, por mucho que utilicemos la evolución tecnológica en muchos aspectos de la vida, las viejas fuentes de información siguen siendo una parte importante en nuestro día a día, puesto que creo que acabar con el papel va a ser una ardua tarea (aunque poco a poco se esté quedando en un segundo plano en los colegios por ejemplo, en los que el ordenador ha pasado a ser el soporte de aprendizaje protagonista frente al libro de toda la vida).
Algunos de los inventos procedentes del filme han podido llegar a comercializarse pero en realidad, en mi humilde opinión, no creo que tengan mucha razón de ser, y me explico. Son “inventazos”, pero no creo que nos faciliten demasiado la vida. Y sé que muchos dirán “no hombre, el patinete volador es súper útil porque permite transportarte de un sitio a otro en poco tiempo y tal y cual”. Es posible, pero creo que si se llegara a comercializar en masa, sería una locura ir caminando por la calle e ir esquivando a quienes vayan montados en esos “aeropatines”, como ya ocurre con los Segways.
Regreso al futuro II marcó un antes y un después en la ciencia ficción de la vida cotidiana, y en la era de la tecnología, en la cual llevamos años inmersos, inició la guerra entre las marcas para ver cuál de ellas es la primera en sacar a la venta estos inventos. Y no estoy en contra de que se mercantilicen los artilugios de una película o de una serie, al contrario, me parece muy curioso, a la par que fascinante, ver cómo algo ficticio puede convertirse en realidad gracias a la evolución de la tecnología, para hacer nuestros sueños tecnológicos en realidad.
Ah, y para mí el mejor invento de Regreso al futuro es sin duda la Pepsi Perfect, realmente por su simpleza en la forma de la botella y del nombre, nada de Pepsi Max, Pepsi Twist o cosas por el estilo, Pepsi Perfect y punto, que por cierto la compañía también ha decidido sacar su versión, aunque también en edición limitada. ¿Cuál es vuestro invento favorito de Regreso al futuro II?
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