En septiembre se inaugurará el Harddiskmuseum , o lo que es lo mismo: un museo dentro de un disco duro. Dicho así parece algo inverosímil, pero se trata de un proyecto que se aleja de todo lo hecho hasta ahora en museología. Cuando leí de qué se trataba, lo primero que pensé fue “¿nos hemos vuelto locos, o es que ya cualquier cosa está permitida en el arte?”. Dejando de lado la segunda cuestión, que da para un debate inacabable, admito que al principio no me gustó nada como idea, ya que pone de manifiesto las opiniones más extendidas sobre lo que es arte y lo que no. Sin embargo, mi reacción ha sido la misma que tuvieron los ciudadanos/críticos cuando acabaron las obras del Centro Pompidou , y eso es precisamente lo que más me gusta de este proyecto. Con esto quiero decir que, tal y como ha ocurrido antes, y en repetidas ocasiones, el arte provoca, aunque en este caso va más allá de ser una sola obra, sino que se refiere a un museo entero. Por un lado, puede ser...